Expertos de Ford hacen pruebas para aconsejar a las futuras madres
El embarazo es un proceso natural que no tiene por qué impedir a la futura madre llevar a cabo la mayor parte de las tareas que realizaba antes. Y conducir es una de ellas: una actividad que no está contraindicada para las embarazadas, siempre y cuando se trate de una gestación de curso normal. No obstante, hay que tener en cuenta algunos detalles por las modificaciones que se producen en el cuerpo.
Los dos períodos más críticos para la conducción son el primer y el tercer trimestre. En el primero, el cuerpo de la mujer aún no sufrido grandes modificaciones y no es necesario ajustar el asiento ni el volante. En el tercer trimestre, por contra, y debido al incremento del abdomen, la distancia entre el vientre y el volante se reduce significativamente, lo que hace necesario ajustar las posiciones preestablecidas. Esto puede dificultar el control del propio volante así como de los pedales, especialmente en mujeres de estatura baja.
La embarazada que conduce y tiene un accidente de tráfico no corre ni más ni menos riesgo que una mujer no gestante. Sí que se pueden producir, en cambio, complicaciones directamente asociadas a su estado. En el primer trimestre, el principal peligro de sufrir un siniestro es que éste provoque un aborto espontáneo. En el segundo y el tercer trimestre los problemas más importantes, por orden de frecuencia, son: desprendimiento de placenta, hemorragia transplacentaria, rotura o laceración del útero y lesión directa fetal. Además, la posibilidad de que se desencadene el parto en las cuarenta y ocho horas siguientes al accidente se multiplica por dos. Obviamente, el riesgo más grave para el niño en estos casos es el fallecimiento materno que traería como consecuencia, casi segura, la muerte del feto.
Debido a estas posibles complicaciones existen unas recomendaciones muy claras para la conductora gestante. La primera de ellas se refiere al uso del cinturón de seguridad. Aunque los estudios realizados en los años 70 indicaban que no era recomendable el empleo del cinturón de seguridad en las embarazadas, datos más recientes precisan, de forma abrumadora, todo lo contrario. El cinto es tanto o más recomendable en el caso de mujeres en estado; salva vidas maternas y fetales y evita complicaciones derivadas de un accidente.
Hay que tener en cuenta otra serie de factores que pueden alterar la capacidad de concentración durante la conducción y poner en peligro a los ocupantes del vehículo. Uno de los más frecuentes es el sueño característico que sufren algunas mujeres gestantes. El embarazo puede producir cambios en el nivel de azúcar en la sangre, modificaciones de la tensión arterial, alteraciones en la visión y edemas en los miembros o varices. Además, el empleo de fármacos como sedantes también puede alterar el nivel de atención necesario para asegurar una circulación sin peligro.
Ford hace pruebas precisas
Ford desarrolló un “traje de embarazadas”. Con él, sus ingenieros simularon el cuerpo, el peso y la forma de la panza de una mujer antes de parir para investigar sobre su seguridad durante la conducción. Los resultados le permitieron a la compañía elaborar una serie de consejos a la hora de manejar.
1) Remover la ropa abultada de manera que el cinturón de seguridad pueda ser colocado tan cerca del cuerpo como sea posible.
2) La conductora debe ajustar el asiento para que pueda alcanzar los pedales de manera cómoda, con la máxima distancia posible entre su panza y el volante.
3) Tiene que colocar el cinturón de seguridad sobre los muslos, abrochado y ajustado. Es importante asegurarse que no quede sobre la panza, sino debajo de ella y lo más plano posible.
4) Colocar el cinturón de seguridad a lo largo del pecho, entre los senos y al costado de la panza. Luego ajustarlo.
5) Nunca ubicar el cinturón de seguridad debajo del brazo o detrás de la espalda. Eso puede dañar a la mujer y al bebé.
El uso de ese traje les permitió a los expertos de Ford experimentar las limitaciones que enfrentan las mujeres al conducir durante el embarazo. Entre otros aspectos, la incomodidad en los movimientos del cuerpo, los cambios posturales, la modificación del centro de gravedad y las limitaciones en el alcance. A partir de ensayos prácticos, los científicos entregaron una respuesta mediante ajustes de diseño en el cinturón de seguridad, el volante y la ubicación de los botones del panel, aparte del desarrollo de consejos de seguridad.
Los investigadores planean profundizar su conocimiento respecto a la seguridad de la mujer embarazada y el feto mediante el desarrollo de pruebas de choques virtuales. Esos ensayos permitirán simular cómo una embarazada y su feto son impactados en choques a diferentes velocidades para ayudar al desarrollo de mejoras en materia de seguridad.
Con información Terra.com y Subiuncambio.com
Fuente: http://lamaquinadigital.com/automotriz/7437/